Ellen G. White
Ellen G. White fue una mujer de dones espirituales notables que vivió la mayor parte de su vida durante el siglo XIX (1827-1915); sin embargo, a través de sus escritos y ministerio público hizo un impacto revolucionario en millones de personas alrededor del mundo. Durante el curso de su vida ella escribió más de 5.000 artículos para revistas y 26 libros; pero actualmente, al incluir compilaciones de sus 55.000 páginas de manuscritos, están disponibles en inglés más de 126 títulos y unos 80 en español.
Historia de la IASD
La fundación iglesia adventista del Séptimo día, fue un proceso lleno de estudio difultades y fe, donde un objetivo, descubrir y predicar las verdades de la Biblia, unio a grandes personas quienes se convirtieron en nuestros pioneros.
Conoce los fundadores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día a nivel mundial y la historia que los llevó a organizarse y formar la Iglesia que conocemos hoy
Iglesia adventista en Chile
La iglesia Adventista del Séptimo día está a lo largo de todo nuestro país, gracias al esfuerzo de valientes, las verdades de la biblia impactaron a cientos de personas permitiendo la formación de la Unión Chilena.
Conoce un poco de la historia del Adventismo en Chile y como funciona en la actualidad
Enlaces externos
Conoce una recopilación de sitios web de utlidad que pueden complementar tu estudio y entragarte recursos útiles para tu investigación
Material y recursos de Investigación
Nuestro equipo está constantemente recopilando material para poder compartir que pueden ayudar en tu proceso de estudio o investigación. Recursos como documentos, videos explicativos, y libros que sin duda serán de bendición.
Cita destacada
“Los cantos de triunfo se mezclan con la música de las arpas angelicales, hasta que el cielo parece rebosar de gozo y alabanza. El amor ha vencido. Lo que estaba perdido se ha hallado. El cielo repercute con voces que en armoniosos acentos proclaman: “¡Bendición, y honra y gloria y dominio al que está sentado sobre el trono, y al Cordero, por los siglos de los siglos!” Desde aquella escena de gozo celestial, nos llega a la tierra el eco de las palabras admirables de Cristo: “Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.” La familia del cielo y la familia de la tierra son una. Nuestro Señor ascendió para nuestro bien y para nuestro bien vive. “Por lo cual puede también salvar eternamente a los que por él se allegan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.”